El Reino es una
franquicia.
Su éxito depende de la exactitud con la que se replique el
modelo establecido.
En Mateo 6:10 Jesús dice: “Venga tu reino, hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo”
Por eso Repliquemos el modelo!
En el cielo, la voluntad de Dios se hace perfectamente, porque la morada de Dios son los cielos.
Lo que Dios quiere es un lugar donde habitar, una morada, una casa… un hogar.
Por eso Repliquemos el modelo!
En el cielo, la voluntad de Dios se hace perfectamente, porque la morada de Dios son los cielos.
Lo que Dios quiere es un lugar donde habitar, una morada, una casa… un hogar.
Un reino tiene un rey, ese rey es Jesucristo = Emanuel =
Dios con nosotros.
Por eso Jesús dijo: El reino de los cielos se ha acercado, porque el reino no es algo, es alguien!
¡Es Cristo! Cristo es el “producto”
Para tener a Cristo hay que recibirlo, no se puede comprar, no se puede hacer un contrato.
El hizo el contrato eterno consigo mismo, un pacto de sangre inocente, sin pecado.
Para condenar al pecado en su carne!
Jesús dijo: “Voy a preparar morada, para que donde yo estoy vosotros también estén”.
La Iglesia es su casa.
Por eso Jesús dijo: El reino de los cielos se ha acercado, porque el reino no es algo, es alguien!
¡Es Cristo! Cristo es el “producto”
Para tener a Cristo hay que recibirlo, no se puede comprar, no se puede hacer un contrato.
El hizo el contrato eterno consigo mismo, un pacto de sangre inocente, sin pecado.
Para condenar al pecado en su carne!
Jesús dijo: “Voy a preparar morada, para que donde yo estoy vosotros también estén”.
La Iglesia es su casa.
Cuando le adoramos, nos rendimos, nos deleitamos en el, nos
recreamos en él, El se complace en nosotros, el habita en nosotros y se
manifiesta a través de nosotros. Somos su gloria!



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