Todo lo que yo haga, tu también lo harás !!!

En el círculo afectivo además de los mentores está la gente que me ama, que es valiosa, que caminaron conmigo en los momentos difíciles: Esa abuela que hizo de mamá y papá; el tío que te cuidó más que tu viejo; ese padre que estuvo en los momentos difíciles; el amigo que se jugó por vos; ellos merecen todo mi amor.

“Bendigan a todos, pero más a los que son de la familia de la fe ”, dice la Biblia.

Honrá a toda lla gente de fe que ha sido tu familia, que te acompañó, te bendijo y cuidó de vos en silencio cuando pasaste por muerte, te llamaron y respetaron tu dolor.
Una vez Teresa de Calcuta iba caminando y encontró a un bebé tirado, agonizando. Ella lo levantó, se lo dio a uno de los voluntarios y le dijo: “No permitas que este bebé muera sin que haya recibido todo tu amor.”
No permitas que ningún familiar se muera sin haber recibido todo tu amor, amá al que te ama de verdad, que Dios puso bajo tu cuidado.

Padres bendigan a sus hijos, hablen palabras de victoria; dejen de competir porque ellos lograrán más cosas de las que ustedes lograron.

Nos criamos con un modelo patriarcal, en nuestros hogares siempre había alguien que ganaba y otro perdía; uno dominaba y otro era dominado; uno mandaba y otro obedecía; tuvimos papás que compitieron entre sí para tener el poder en su mano.
No sabemos qué es compartir, por eso nos peleamos, porque hemos reproducido ese modelo.
Hay parejas que durante años viven en una pulseada que nunca termina, en vez de decir: “el poder está en los dos, podemos compartirlo y pasarla bien.”

Amá a los tuyos y bendecilos; sembrá lo que querés cosechar.
Una madre se inclina hacia la cuna de su hijo y le da un juguete. El bebé reconoce el regalo y responde a la sonrisa de su madre. La madre sobrecogida por el gozo, debido al gesto de gratitud del niño, lo levanta y le da un beso. Esa es la espiral del gozo.

¿Acaso el beso no es un regalo más grande que el juguete? ¿Acaso el gozo que expresa, no es mayor que el gozo que inició el intercambio ?
La primera palabra que Jesús usó para llamar a los discípulos fue: ¡Sígueme!
Cuando murió y resucitó, se le apareció a Pedro y dijo: “Pedro ¿me amas? ¡Sígueme!”

En la antigüedad, la escuela funcionaba en la sinagoga, allí iba un chico al colegio. Había tres niveles de estudio:

1º Nivel : Veit Séfer, comprendía a los chicos de 6 a 10 años.
Un nene o nena a los seis años estudiaba los primeros cinco libros de la Biblia, llamado La Torá: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, que era la ley para ellos.

Todo su sistema educativo consistía en estos cinco libros que aprendían de memoria.

Cuando terminaban el primer nivel (a los diez años) el maestro reunía a sus alumnos y, a los más brillantes, de buena madera, los seleccionaba para pasar al segundo nivel, mientras que a los otros (que no tenían esas condiciones) los enviaban a sus casas para aprender el oficio de sus padres.

2º Nivel : Veit Talmud, estaba compuesto por los mejores graduados de los 10 años y en éste nivel estudiaban el Antiguo Testamento de memoria en su totalidad.

A los quince años llegaba el día de su graduación, y nuevamente el maestro los reunía para seleccionar a los mejores de los mejores para pasar al siguiente nivel, y al resto los enviaba a aprender el oficio de sus padres.

3º Nivel : Veit Mishnah.
En este nivel se apegarían a un rabino para aprender todo lo que hacía.
Cada rabino interpretaba la ley de distinta manera, pero no era fácil acceder porque le tomaban examen.

Los rabinos se trasladaban en grupos, una vez que los adoptaban como discípulos e iban por las aldeas dejando todo.

Cuando Jesús le dice a Pedro: ¡Sígueme! El deja todo.
Era común ver a un rabino ir con su grupo por las aldeas, y había gente que los ayudaba económicamente.
El sueño de cualquier judío era llegar al tercer nivel de enseñanza y ser aceptado como discípulo de un rabino.
A los mejores de los mejores de los mejores, el rabino les decía: ¡Sígueme! O sea: “¡Serás mi discípulo!”

“Sígueme” significaba: “Todo lo que hago, también lo harás.” 


Extraído de un mensaje del Pastor Bernardo Stamateas

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